La balada del corazón olvidado.

Y son sábados los más recordados.
Aunque no había fechas u horarios.
Y es que la sal se cuela en las heridas,
A pesar de las vendas y las pomadas untadas.
Hoy por hoy los grises se comen al color,
Las melodías son mono-fónicas,
Como las campanas del adiós.
No hay pastel de esperanza,
Esta noche sin música, no hay danza.
Este día el amor se consumió,
Por la misma puta que un día lo parió.
Y huérfano de padre se volvió un desmadre.
La verdad es que nunca existió razón para este corazón.
Y cansado de latir, se preparó para partir.
En el viaje a través del mundo,
Andaba triste y moribundo.
Un día de verano decidió quemar sus recuerdos y sus trapos.
No tardaría en llegar el invierno
Haciéndole sentir el frío, y ya sin recuerdos, completamente vacío.
Fue la noche en que padeció,
Y ya delirando como epitafio recitó:
"Aún cuando tú nunca me amaste, corazón de padre,
Y aún cuando me sentía roto a la mitad, sin tu cariño y tu apoyo:
Siempre fuiste la única razón de mi existir…
Mis lentos y débiles latidos fueron dedicados a ti.
Este amor fue más grande que le tour Eiffel,
Más caliente que las aceras de Monterrey,
Y tan eterno como un bennu.
Pero hoy, olvidado de lo sucedido,
Azul del frío, seco de agua y de lágrimas,
Tan absurdo y patético como aquellos días en que partiste…
Te doy mi rendición en orden de que puedas volver a amar.

 

03/08/2009

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